"La edad de la oscura razón" de Irene Bou. Hasta el 17.10.10.

"No me interesa el retrato," dice la artista Irene Bou, "Sólo figuras sin identidad alguna."

Una afirmación fuerte, cuyo significado queda claro al contemplar su obra. Figuras desfiguradas, incompletas, con las caras distorcionadas y los cuerpos retorcidos, encerrados en espacios claustrofóbicos: los cuadros de Irene Bou arrancan nuestros disfraces cotidianos y destapan unos seres humanos viviendo con un miedo tremendo, amenazados por un mundo inseguro y un clima de violencia palpable. Las cabezas recuerdan a máscaras, los cuerpos son frágiles, pero las figuras tienen un aspecto familiar, como si los hubiera conocido en algún estado onírico. Están perdidos en tierras baldías de colores vivos y pinceladas grandes que me hacen pensar en El grito de Munch. El estilo pictórico y los colores otorgan a los cuadros una sencillez casi infantil, que aumenta el carácter perturbador y conmovedor del dolor y de la soledad que transmiten. El luto, la pérdida de identidad y de la memoria están muy presentes en la exposición La edad de la oscura razón. Inquietantes, pero cautivadores, los cuadros fascinan y atraen, como un sueño vívido que deja su rastro sobre la memoria, conectando con alguna parte profunda, oculta de la imaginación. De Aisha Prigann en BCNinternet Blog (29.09.10).