Su trabajo se presenta a través de dos recorridos: el primero surge de las imágenes que vemos expuestas y el segundo se desarrolla por las sensaciones que las imágenes provocan en nosotros, contándonos historias encerradas en pequeñas escenas y paisajes.
Sus impresiones sobre papel tocan sutilmente la sensibilidad del espectador en diferentes niveles: reflejan escenas cotidianas de interiores donde se mueven singulares personajes enigmáticos, cuerpos y cabezas, cargados de inestabilidad y en constante cambio, como el artista define su trabajo y su mismo cuerpo. Inestables son también las sombras de los cristales serigrafiados de sutil factura que, superpuestos a las litografías, crean imágenes inesperadas de un escenario en miniatura, provocando pensamientos y reacciones. Pequeñas obras como pequeñas puertas que llevan a la realidad difuminada de habitaciones ocultas, cajones, armarios y se abren hacia existencias entintadas.
Las imágenes que componen las obras realizadas con técnicas de grabado muy diferentes, entre las cuales el grabado calcográfico, la litografía, la serigrafía o la xilografía, están todas vinculadas con la carga emocional de la idea de casa y de habitación (lugares a los que hace alusión el titulo de la exposición). Pequeños espacios confinados que acogen decorados, objetos, compartimentos… así se expresa el artista español Peta Rodríguez, en continua mutación, para transmitir las inquietudes y la conciencia hacia una realidad que cambia constantemente. El espectador encuentra en las casas, los cuerpos y las cabezas del artista, su quieto instante de reflexión.
Durante la inauguración, numerosos curiosos, habituales aficionados, admiradores y amantes del buen arte han podido encontrar un ambiente perfectamente en sintonía con el juego de palabras del titulo de la instalación. Si se han perdido el evento, podrán disfrutar de la exposición en la Galería Artevistas, hasta el 28 de Febrero de 2010, para pasar un buen momento de entretenimiento artístico inteligente.
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